Daniel Mesonero Garrido | Fotografía: Daniel Mesonero |
Las casas de apuestas se han convertido en uno de los principales problemas de la sociedad española. La mayoría de los jugadores tienen entre los 26 y 35 años. El objetivo principal de las casas de apuestas es la atracción a los jóvenes. Curiosamente, donde se encuentran la mayor cantidad de casas de apuestas es en los barrios marginales.
En estos barrios hay más casas de apuestas para intentar evitar la realidad de esas personas y que con un golpe de fortuna sigan jugando e inciten a otros jóvenes. Pero la realidad no es esa, estos jóvenes suelen frustrarse con ellas y ser incapaces de salir de la ludopatía.
Además, el número de casas de apuestas sigue incrementando. Durante el Estado de Alarma de marzo se cerraron las casas de apuestas físicas, pero creció el número de apuestas online. Sus plataformas llegaron a tener registrados a casi un millón de jugadores. En 2019 se gastaron 181 millones de euros en publicidad del sector del juego online y 20 millones en patrocinios de este.
Con la aprobación del Real Decreto del juego por parte del Gobierno se regulará la publicidad de las casas de apuestas. El incumplimiento de esto supondría multas de entre 100.000 y un millón de euros. Este Real Decreto prohíbe los anuncios en televisión y radio entre la 1.00 y las 5.00 horas. Tampoco podrán participar en estos anuncios personajes que puedan influir en las decisiones de los jóvenes.
Gracias al Real Decreto, también se prohíben los patrocinios en las actividades deportivas. Esto significa que los clubes deportivos no podrán llevar patrocinios de casas de apuestas en las equipaciones ni en las instalaciones. Esta medida entrará en vigor a partir de la temporada 2021-2022, ya que muchos clubes dependen de estos patrocinios para sus proyectos deportivos actuales.
Aun así, estas restricciones al mundo del juego y el azar son escasas. Las casas de apuestas no son un negocio cualquiera, pueden llevar a los usuarios a la ludopatía y al consumo en exceso de alcohol. Han conseguido que muchos jóvenes disfruten más el deporte estando más pendientes de su apuesta deportiva que del propio partido.

Quizá no haya tantas limitaciones como las que debería, debido a que el sector de las apuestas supone casi un 1% del PIB de España. Se recaudan muchos impuestos gracias a las casas de apuestas, ya que venden alcohol, y hay un impuesto por los boletos ganados. Además, en 2019 las casas de apuestas ofrecieron más de 80.000 empleos. Por estas razones, tal vez no se haya limitado aún más este negocio.
Lo cierto es que los políticos tendrán debates sobre si merece la pena ganar dinero con esos impuestos y crear el empleo que crean, a base de llevar a la ludopatía y otros problemas a los jóvenes y a sus familias. Esto es algo muy serio y los medios de comunicación siguen aceptando anuncios de las casas de apuestas sin mirar la verdadera problemática de este negocio. Deberían plantearse más detenidamente qué prefieren, si el dinero o a los jóvenes sin adicciones.