SOFÍA CASASOLA HERNÁNDEZ  |  Video: Sofía Casasola Hernández  |

Dos marchas convocadas por distintos sectores del feminismo han dividido un 8M que pese a la alta asistencia, no logra los números previos a la pandemia.

Como todos los años, Valladolid se ha sumado a las multitudinarias marchas que se celebran el 8M. Fecha escogida por las Naciones en 1975 para conmemorar el Día Internacional de la mujer, que ha conseguido fuerza a nivel mundial especialmente desde 2018, con la repercusión internacional del caso Weinstein, el movimiento #MeToo y el terremoto social que supuso en España el caso de ‘la manada’.

Este año, el 8M ha estado marcado por la pandemia -obligatoriedad del uso de mascarillas-, la división del movimiento feminista y la guerra en Ucrania, que ha dejado consignas durante las manifestaciones al grito de ‘¡No a la guerra!’.

Uno de los primeros actos del 8M en Valladolid, tuvo lugar en el Ayuntamiento a las 11:00, donde la actriz pucelana, Ana Gallego Redondo, fue la encargada de leer el manifiesto de este año y quiso incidir en el papel de las actrices que trabajan para la infancia: ‘en nosotras está ofrecerles una sociedad donde puedan crecer y desarrollarse sanos, libres e iguales’.

Desde la Universidad, la lectura del manifiesto quedó a cargo de María del Mar Niño Martín, equipo de conserjería. Texto compartido por toda la Red de Unidad de Igualdad de Género de las Universidades Españolas para la Excelencia Universitaria (RUIGEU): ‘la comunidad universitaria ratifica la necesidad de seguir conmemorando cada 8 de marzo y seguir luchando por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres todos los días del año’.

El manifiesto destacaba el papel de la Agenda 2030, en concreto el referido a la igualdad de género, sin olvidar los últimos años de pandemia que han empeorado la violencia machista. También se ha querido destacar el papel de la universidad en la lucha contra la desigualdad: ‘es nuestro deber como instituciones propulsoras de una sociedad más justa e igualitaria’.

Al igual que en Madrid y en otros puntos de España, este año el feminismo ha marchado dividido. Ambas convocatorias salieron de Fuente Dorada a las 20:00. Por un lado, la principal y más oficial, organizada por la Coordinadora de Mujeres de Valladolid y con el respaldo del Ayuntamiento -cuyo lema se podía leer colgado en la fachada del ayuntamiento: “SOMOS IGUALDAD” – seguras de ser mujer, Empoderadas, Unidas-, salió de Fuente Dorada a las 20:00 terminando en la Plaza Mayor,  Por otro lado, la marcha alternativa convocada por CNT, CGT y Marabunta Valladolid, cuya hora y lugar de convocatoria eran el mismo, pero con un recorrido que ha terminado en Portugalete.

Las diferencias que han provocado esta división en muchas capitales de España, recaen en la oposición de un sector del feminismo hacia la “Ley trans” y la aceptación de las estas mujeres como parte del colectivo feminista.

Según datos ofrecidos por fuentes policiales, ambas convocatorias consiguieron juntar en las calles a casi 4.000 personas. 3.200 en la marcha organizada por la Coordinadora de mujeres y 650 en la organizada por CNT, CGT y Marabunta. Números  que se quedan muy lejos de los datos de asistencia prepandémicos, que en 2018 consiguió juntar a 14.000 personas en la capital pucelana, según Newtral.