RAÚL MILÁN VILLALÓN | FOTOGRAFÍA: WIKIPEDIA
Ubicada en la calle Teresa Gil, la iglesia de San Felipe Neri destaca por la simplicidad de su fachada, con reminiscencias herrerianas, y por albergar en su interior obras escultórica de Juan de Ávila y su hijo Pedro de Ávila
A mediados del s.XVII surgió en Valladolid la necesidad de fundar una congregación para reunir al clero secular, que no dependiera ni del cabildo catedralicio ni de ninguna orden religiosa.
Así el 26 de febrero de 1645 el obispo Gregorio de Pedrosa redactó una Constitución que recogía todas las normas necesarias para la creación de una congregación de esas características.
Las primeras reuniones tuvieron lugar en la parroquia de Santiago en una sala prestada por la cofradía de Ánimas y San Antonio Abad. En 1646 consagraron y colocaron la imagen de Felipe Neri en la propia iglesia de Santiago, en una capilla perteneciente al Hospital de Esgueva, pero necesitaban más espacio para su propia casa, para el hospital de enfermos y para un hospicio de peregrinos.
Tuvieron como mecenas a Juan Larrumbe pero las peticiones que exigía a cambio fueron aumentando excesivamente y las negociaciones terminaron sin éxito, y al pintor vallisoletano Diego Valentín Díaz, que les ofreció una iglesia ya construida en la Puerta del Campo, dedicada a una institución creada por él que se conocía como “Niñas huérfanas”.
Otra cesión fue nombrar a la congregación como legítima heredera de sus cuantiosos bienes, les ofreció además siete casas junto a la iglesia que podían arreglar y organizar para enfermería y hospedaje de sacerdotes pobres.
En compensación el pintor pedía a la congregación que se comprometiera a alimentar y cuidar a las niñas huérfanas, a no colocar su santo titular en lugar preferente, a mantener su tribuna en la iglesia y a recibir a su muerte los oficios religiosos pertinentes, sin embargo, la congregación tacho estas peticiones de “pueriles “y rechazó la oferta.
Para la adquisición de las casas necesarias para el correcto funcionamiento de la actividad religiosa la congregación, mediante la intercesión de los franciscanos y el pago de 1000 ducados, compró a Isidro de Silva Mendoza Portugal y Carvajal, segundo marqués de Orani, unas casas ruinosas en la calle de Teresa Gil y un solar, donde edificarían la iglesia actual.
En cuanto a la construcción del edificio, el 18 de julio de 1675 se puso la primera piedra en el crucero, concretamente en la basa de las pilastras. En 1683 el templo consiguió la bendición y al mes siguiente ya se colocó el Santísimo en el altar mayor.
Para la reforma de la fachada, ejecutada en 1706 ,el maestro de cantería Diego Hernando utilizó piedra de Campaspero, ladrillo y mampostería en los entrepaños.
Se trata de una fachada con un diseño un simple, con clara influencia herreriana. Está compuesta por dos cuerpos y rematada por frontón partido, rematado por bolas, muy tardías para la fecha de su construcción. A ambos lados de la puerta y de la ventana destacan unas pilastras de orden toscano, en los laterales se elevan otros dos cuerpos que rematan en torrecilla con huecos para las campanas.
La planta de la iglesia es rectangular con una nave central y a los lados capillas entre contrafuertes, comunicadas entre sí. Detrás de presbiterio se encuentra la sacristía y la antesacristía que a su vez se comunica con el oratorio, sala capitular y dependencias de los sacerdotes.
En el interior del edificio encontramos uno de los retablos más importantes de Valladolid, realizado por Francisco Villota, quien además hizo el monumento al Jueves Santo y los retablos de las seis capillas de la iglesia. Para la realización de este retablo Villota tuvo como ayudante a los tallistas José Barrosos y Alonso Carnicero.
Por otra parte, destacamos la presencia del artista Manuel Barreda y Lombrera, quien doró los seis retablos laterales y pintó las rejas. Además, en la iglesia destacamos las presencia de los escultores Juan de Ávila y su hijo Pedro de Ávila, a quienes se les atribuye una Inmaculada.