IRIS FULGUEIRAS | FOTOGRAFÍA: PIXABAY |

El martes, miércoles y jueves pasados, la Facultad de Educación y Trabajo Social recibió a grandes ponentes que formaron parte de las VI Jornadas de Dialogasex, con la educación sexual como objeto principal.

El 19% de las mujeres de entre 15 y 49 años han sufrido abusos sexuales por parte de sus parejas. En 45 países el 52% de mujeres de entre 15 y 49 años no cuentan con la potestad de tomar decisiones propias sobre su vida sexual y reproductiva. 15 millones de niñas, a día de hoy, son forzadas al matrimonio involuntario.

Con estas cifras, la primera ponente de las Jornadas, María Sánchez Esteban, dejaba a todos los asistentes de piedra al escuchar una dura realidad. Para las mujeres,  vivir una vida sexual libre y plena es una verdadera odisea repleta de obstáculos en la que, aunque cueste, nunca se pierde la esperanza. Y ese era el objetivo de las ponencias; dar el primer paso en una escalera llena de baches. Como dijo Diego Fernández Fernández, pedagogo y sexólogo “voy a aportar un granito de arena cuando lo que quiero es hacer una playa llena de colores”.

“El derecho al placer sexual es el más revolucionario.”

María Pérez Conchillo, reconocida internacionalmente en el ámbito de los derechos sexuales, fue una de las participantes en estas Jornadas. No tan solo es fundadora del Instituto de Psicología y Sexología ESPILL y medalla de oro de la WAS (World Association for Sexual Health), sino que también participó en la redacción de la declaración de Valencia, primer texto que reconoce la libertad y los derechos sexuales (Declaración Universal de los Derechos Sexuales).

Para ella, en este ámbito se ha experimentado un gran avance desde el fin de la dictadura franquista. Cuando esta terminó se respiraba una brisa de ilusión a raíz de todo lo que ya se podía hacer, pero aún así confiesa que todavía queda mucho por avanzar.

Conchillo contó como en una ocasión no se quiso reconocer el derecho al placer sexual en el documento de la WAS, cuando para ella es realmente importante: “es mi derecho favorito, es el más revolucionario”. Aunque este derecho no fuera reconocido, está muy presente en este documento y en la justicia sexual. A raíz de este tema confesó que aún formando parte de los que toman decisiones votando en la oficina, a veces no es suficiente. En esa ocasión es necesario salir al pasillo con pancartas.

El tema principal de esta ponencia fue la educación y los derechos sexuales en la era digital y, al profundizar en el tema, compartió una cifra escalofriante. El 23% de adolescentes menores de 18 años ha recibido peticiones sexuales en internet por parte de adultos. Estos datos demuestran que aunque internet tenga aspectos muy positivos en distintos ámbitos de nuestra vida, sin responsabilidad, los aspectos negativos pueden ser realmente peligrosos. A propósito de este dato, también compartió una dura anécdota sobre una niña de 10 años que recibía por redes sociales imágenes de un hombre adulto mostrando sus genitales. Para la niña era difícil ver lo peligroso de esto mientras que su madre, al enterarse, estaba escandalizada.

Sobre la educación sexual.

El propósito final de estas Jornadas era tratar el asunto de la educación sexual y, respecto a  ese tema surgieron varias citas interesantes para compartir.

“Hoy en día hay demasiado porno y poca educación, y eso es una irresponsabilidad de los adultos”, expuso María Pérez Conchillo acompañando sus palabras con el dato que dice que los hombres empiezan a consumir pornografía con una edad media de 14 años y las mujeres de 16.

Frente a la negativa de muchas familias a que sus hijos reciban educación sexual, Diego Fernández Fernández afirma que “lo ilegal, lo irresponsable es no hacerla”.

Y para terminar, el mismo ponente plantea una pregunta al público; “la educación sexual, ¿es un derecho o un privilegio?”.