MARÍA GUERRA VALCÁRCEL  |  Fotografía: María Monjas  |  Fuente: Twitter APV  |

En la entrega del XXII Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, Elena Álvarez Mellado no fue la única ganadora con su trabajo ‘Metáforas peligrosas: el cáncer como lucha’. Esa tarde del 24 de enero todos ganamos algo, especialmente ocho redactoras de Inform@UVa que nos llevamos a casa una experiencia única.

La semana antes, la directora de la revista, Estefanía Chamorro, informó a todos los redactores sobre la posibilidad de dar apoyo a la Asociación de la Prensa de Valladolid e ir de colaboradores a la entrega de este galardón previamente mencionado. Siete voces, de siete redactoras, no dudaron en dar un “sí” a su directora para que apuntara en su libreta sus nombres, apellidos y el cargo que estaban dispuestas a cumplir para cubrir la entrega del premio; otra redactora se uniría más tarde con las mismas ganas que las demás. Cristina, Marta, Jacqueline, Clara, Andrea, Nerea, la directora de la revista (Estefanía) y la subdirectora (la misma que escribe) quedamos un par de días antes con otras tres mujeres de la APV; ¡qué reunión tan gratificante entre periodistas y futuras periodistas! Ese día nos explicaron cómo se desarrollaría la tarde del 24 de enero. También era el momento de decidir y fijar cuál sería la tarea que desempeñaríamos cada una de nosotras: fotografía, entrega de obsequios, protocolo y la redacción y envío de una nota de prensa.

Una vez ya nerviosas y dentro del Centro Cultural Fuente Dorada (España-Duero), comenzamos a organizar todo con los periodistas de la APV: cada una de nosotras teníamos que estar con uno de ellos y observar lo que hacían y cómo lo hacían, porque al fin y al cabo es la mejor manera de aprender. Pero ellos siempre nos dejaron actuar en todo momento como periodistas cubriendo profesionalmente el acto. Cada una cumplimos con nuestro papel en una gala en la que las palabras “buen periodismo” no paraban de sonar, con rostros conocidos, grandes periodistas, docentes del grado, fotógrafos… y, por supuesto, nosotras, el futuro de la profesión cuando abandonemos la aulas. Aunque no es necesario olvidar el pupitre para empezar a trabajar, ayudar o colaborar, porque las ocho somos impacientes y esta oportunidad la supimos aprovechar.

¿Cuántas veces podrás cubrir un premio nacional de este carácter? Nunca se sabe, y nosotras quisimos vivir el momento y algo nos quedó claro: esta no sería la última vez que veríamos desde cerca a la APV entregar el Premio Miguel Delibes. Porque… ¿qué mayor privilegio hay que conceder a unas alumnas la posibilidad de estar presentes y colaborar con la Asociación de la Prensa de Valladolid en unos premios tan importantes el Día del Periodista?

Se entiende que la presidenta de la APV, Arancha Jiménez, y la vicepresidenta, Belén Merino, junto con otros miembros de la Junta Directiva como María Monjas (quien también imparte clases en el grado de Periodismo), Ana Garrido, Juan Postigo o Carmen Domínguez, fueron conscientes de nuestras ansias de aprender. Por ello, no solo nos concedieron ese día tan especial para el periodismo, sino que además esta semana se han reunido con profesores de la Universidad de Valladolid (Salvador Gómez, Dunia Etura y Marta Redondo, además de la propia María Monjas que cumplía el doble papel) y con las ocho redactoras que participamos en la entrega del premio que otorga la asociación para agradecer nuestra participación. Pero lo que no saben (o tal vez sí) es que el agradecimiento se lo debemos nosotras por dejarnos vivir en primera fila esta expresión de nuestra (ya no futura) profesión.

Y nos entregaron un regalo, o más bien tres: el libro ’20 años del Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes’, otro libro de Ryszard Kapuscinski titulado ‘Los cínicos no sirven para este oficio’ y una libreta con un bolígrafo pegado donde se lee “Aula de periodismo”. Gracias APV por estos regalos, porque los cogemos con cariño y los consideramos un último empujón para los pocos meses que nos quedan en nuestra carrera. Aunque en esta profesión, el aprendizaje no termina con la defensa del TFG. Porque creo que es una suerte contar con un oficio que nos permite crecer, conocer y saber cada vez más sobre más cosas.

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Porque el periodismo es y siempre será “El mejor oficio del mundo”Gabriel García Márquez.